domingo, 18 de febrero de 2007

Historia de un poema - escalera (diálogo sobre poesía con Luis Enrique López Bascuas)


Nota preliminar: a lo largo de varias entregas a partir de esta intentaré ejemplificar uno de los rasgos de mi poética (que nunca escribí), que consiste en la idea del poema-iceberg, es decir, que el poema no es más que la parte del iceberg que flota sobre la superficie, pero que todo poema debiera tener un posible desarrollo argumental que ha sido condensado en unos pocos versos y que no obstante está ahí, bajo el agua.


(a) El poema

RELLANO
Como un rompecabezas que a partir de cierto momento comenzara a encajar,
y desde ese momento todo es fácil, por algún motivo no del todo oculto
[ aunque tampoco obvio,
como un camino que asume su pendiente en el instante mismo en que
[ fallan las fuerzas,
como un nudo que empieza a deshacerse,
como la idea precisa que aporta perspectiva y genera un nuevo orden
[ en que todo se simplifica, es decir la síntesis de Hegel,
o como los guijarros que encajan en un bote, ocupando la mínima expresión,
o ese grano de arena que desploma la duna, o el naipe que
[ derriba los castillos, o la gota que colma,
tan lejos y a la vez tan cerca del mundo de las cosas y los hechos,
ha llegado mi vida a este valle de paz.


(b) Carta I (14/11/2005)

Hola Paco:

No hace mucho que María José me dio una de tus poesías titulada Rellano. La verdad es que me pareció preciosa pero, tanto más la leía, tanto más notaba que algo dentro de ella no iba bien. Había algo desatinado en algún punto, algo oculto por la fuerza de sus imágenes (nótese aquí la función mendaz de la poesía y, por ende, de la belleza) pero persistente que me hacía quedar inquieto. Por fin descubrí lo que era: el séptimo verso estaba mal. Cuando comprendí en qué sentido ese verso no encajaba me tome la libertad de cambiarlo y así nació Rellano II, versión que te adjunto para someterla a tu consideración.

RELLANO II
Como un rompecabezas que a partir de cierto momento comenzara a encajar,
y desde ese momento todo es fácil, por algún motivo no del todo oculto
[ aunque tampoco obvio,
como un camino que asume su pendiente en el instante mismo en que
[ fallan las fuerzas,
como un nudo que empieza a deshacerse,
como la idea precisa que aporta perspectiva y genera un nuevo orden
[ en que todo se simplifica, es decir la síntesis de Hegel,
o como los guijarros que encajan en un bote, ocupando la mínima expresión,
o ese grano de arena que completa la duna, o el naipe que
[ fortifica el castillo, o la gota que nos colma,
tan lejos y a la vez tan cerca del mundo de las cosas y los hechos,
ha llegado mi vida a este valle de paz.

Eso me tranquilizó unos días hasta que caí en la cuenta de que bien pudiera haberme precipitado. ¿Y si el verso séptimo es el único que está bien? Ante la gravedad de esta situación me puse a la tarea de reconstruir los otros ocho versos de modo que dotaran al séptimo del armazón apropiado en el que sostener su esplendor. Así nació Rellano III, versión que asimismo someto a tu poético juicio.

RELLANO III
Como un rompecabezas que a partir de un cierto momento se disuelve,
y desde ese momento ya nada es fácil, por algún motivo no del todo
[ obvio aunque tampoco oculto,
como un camino hecho pendiente en el instante mismo en que
[ fallan las fuerzas,
como hilo que empieza a convertirse en nudo, un nudo gordiano,
como el desliz de las ideas que hace precipitar el pensamiento
[ hacia complejas entropías, es decir el “nada es” de Gorgias,
o como el vértice del último guijarro que estalla el bote, ironía de
[ espacios deshabitados,
o ese grano de arena que desploma la duna, o el naipe que
[ derriba los castillos, o la gota que colma,
tan lejos y a la vez tan cerca del mundo de las ideas y los azares,
ha llegado mi vida a este monte de paz.

Dado el volumen global de cambios, diríase que Rellano II es más fiel a la pretendida idea que trata de expresar Rellano que Rellano III, si bien Rellano III proporciona un giro de tuerca que bien podría encajar en una visión más globalizadora de Rellano. En cualquier caso, he llegado a pensar que ambos poemas (el II y el III) estaban en tu cabeza y que una suerte de discontinuidad cognitiva ha hecho que se materialicen en el mundo en la forma de Rellano sin más. Por eso, sólo me queda felicitarte por la síntesis conseguida y autorizarte a utilizar los otros dos poemas en el modo en que estimes más oportuno (lo que incluye desestimarlos) puesto que son, obviamente, más obra tuya que mía.

Un saludo,
Luis Enrique


(c) Respuesta a la Carta I (14/11/2005)

Gracias por tus comentarios.

La verdad es que creo que (para mí) un objetivo fundamental de la poesía debería ser justo el que ha provocado en ti, es decir, un motor a la reflexión entendida un poco en sentido zen, no estrictamente científico sino más bien meta-lógico (por llamarlo de algún modo).

Me he divertido mucho, además, leyendo tus observaciones; en parte porque tienes razón al menos en un escenario: si el estado de ánimo descrito fuera el de estabilidad / inestabilidad, el verso 7 está mal, aunque creo que también el 1, el 3 y el 4, que debían aludir a “la última pieza del rompecabezas”, “el final de la pendiente” y “el nudo que acaba de deshacerse”; ¿quizá es el 6 el que está mal? ¿no debería hablar de guijarros desencajados que a la menor sacudida tenderán a reubicarse? ¿No será que mi vida no ha llegado a un valle de paz sino que está al borde de una reestructuración absoluta? ¿No será lo mismo una cosa y la otra?

Veamos…

Rellano IV
Como la última pieza que en un rompecabezas terminara encajando,
y desde ese momento todo es fácil, por algún motivo no del todo
[ oculto aunque tampoco obvio,
como un camino que acaba su pendiente en el instante mismo en
[ que vuelven las fuerzas,
como un nudo deshecho,
como la idea precisa que aporta perspectiva y genera un nuevo orden
[ en que todo se simplifica, es decir la síntesis de Hegel,
o como los guijarros que encajan en un bote, ocupando la mínima expresión,
o ese grano de arena que ya no encuentra duna, o el naipe
[ derribado, o la gota disuelta,
tan lejos y a la vez tan cerca del mundo de las cosas y los hechos,
ha llegado mi vida a este valle de paz.

No sé, quizá uno de los enigmas del poema sea esta tensión contradictoria entre estable / inestable, inicio / final, reposo / movimiento.

Creo que (poema + tus comentarios + mi respuesta + lo que siga) serían un buen ejemplo del “sentido de la literatura”.

En cualquier caso, ¿por qué no una escalera con 4 rellanos?

(d) Carta II: sigo subiendo (16/11/2005)

Hola, otra vez:

Qué interesante eso que apuntas de que los versos 1, 3 y 4 también pudieran estar mal! Claro, si uno piensa en las dimensiones que señalas (estable/inestable, inicio/final, reposo/movimiento) puede releerse el poema desde lugares diferentes y evaluar qué encaja y qué no. Tarea Borgiana: ¡reconstruir el poema para hacer verdad todas las posibles combinaciones de esas tres dimensiones duales! Por cierto, desde esa óptica Rellano III es perfecto, yo creo que no hay un solo verso que se salga del lugar del espacio marcado por la siguiente coordenada (inestable, inicio, movimiento). Claro es que hay que tener un espíritu dispuesto a comprender que el final de un estadio bien pudiera ser el comienzo del siguiente.

En cualquier caso quiero explicar un poco más las dimensiones que yo tenía en la cabeza cuando insinuaba que algo en Rellano no encajaba (de hecho, el verso 7 y no otros) y que fue el origen de los otros dos Rellanos. Bien, de primeras parece que Rellano viene a decir “todo empieza a encajar…qué paz!”, pero el verso siete sólo puede interpretarse así “todo empieza a desmoronarse… qué ¿?” Pongo los signos de interrogación porque no es obvio lo que hay que poner a continuación. (De hecho, Rellano III adopta una solución bastante inquietante que creo yo es uno de sus valores). Pues bien, como ya resultará obvio, Rellano II no es sino la reconstrucción (mínima) de Rellano para que todo sea consistente con la primera interpretación; Rellano III es la reconstrucción (no tan mínima) de Rellano para que todo sea consistente con la segunda interpretación. Y Rellano III en los interrogantes pone “paz”, pero una paz de monte, no de valle, una paz que proviene de transitar hacia un lugar que no se conoce, no de asentarse en el lugar que ha sido domesticado (tal como hace Rellano II).

Pero ahora aparece Rellano IV con una apuesta decidida por situarse en las antípodas de Rellano III, es decir en el lugar del espacio marcado por las siguientes coordenadas (estable, final, reposo). Y además, el poema parece pretender que ese lugar es un lugar privilegiado de paz. Pero si esto es así, oh fascinación de las fascinaciones… el verso 7 vuelve a estar MAL!!!!! (y algunos otros). Véase: bajo el supuesto de que las coordenadas (e,f,r) marcan un lugar deseable, el foco no puede estar en el grano de arena y menos no encontrando duna, el foco debe estar en la duna que ya no requiere arena; y el naipe no puede estar derribado sino que debería estar reposando; y lo de la gota es sublime porque, como verás más abajo, encaja en cualquiera de las dos interpretaciones del poema. Por tanto, en Rellano IV vuelve haber un lío pues nos trastea con la idea paradójica de que (e,f,r) es un lugar ora deseable ora abominable (y la construcción del poema no da para argumentar que el propósito del mismo es justamente transmitir esta dualidad). [Por cierto, es fascinante cómo funciona el sistema cognitivo humano: ¿te das cuenta que queriendo tú hacer una cosa distinta a la que hiciste vuelves a caer en un mismo lugar estructural y que queriendo yo leer una cosa diferente no vuelvo sino a leer la misma cosa, dado también un cierto nivel de abstracción?]. Por tanto, humildemente me he vuelto a asignar la tarea de reconstruirlos según estos criterios. Una vez más someto el resultado a tu consideración:

RELLANO V

Como un rompecabezas que encuentra la última pieza que lo completa,
y desde ese momento ya nada es fácil o difícil, obviamente,
como un camino que culmina las fuerzas encontrando destino,
como un nudo deshecho,
como la idea precisa que aporta perspectiva y genera un nuevo orden
[ en que todo se simplifica, es decir la síntesis de Hegel,
o como los guijarros que encajan en un bote, ocupando la mínima expresión,
o esa duna indiferente a la arena desgranada, o el naipe reposado,
[ o la gota disuelta,
tan en el centro del mundo de las cosas y los hechos,
ha llegado mi vida a esta meseta de paz.

RELLANO VI

Como un rompecabezas despojado de piezas
que desdibuja la frontera entre lo fácil y lo difícil, incomprensiblemente,
como un camino hacia ninguna parte que se hace con las fuerzas que ya se han ido,
como un nudo gordiano,
como un sistema en entropía absoluta, es decir, las homomerías de Anaxágoras,
o como los espacios de un bote que han desalojado toda materia,
o ese grano de arena que ya no encuentra duna, o el naipe derribado, o la gota disuelta,
tan en el centro del mundo de las ideas y los azares,
ha llegado mi vida a esta sima de paz.

¡¡¡No deja de ser impresionante la fuerza poética del verso 7 que me ha obligado ya a construirle cuatro poemas!!! Nótese que estoy haciendo un poema para completar un verso y no un verso para completar un poema. Me recuerda a un día en que me compré un montón de ropa sólo para que luciera una corbata que me gustaba un montón.

Posibles tareas futuras con estos rellanos:

1. Ponerse a la tarea de escribir los poemas-escalera porque, ¿cómo se sube o baja de un rellano a otro?
2. Intentar que una vez construidos todos los rellanos y tramos surja un edificio con el sentido de una vida.
3. Seguir yo desvirtuando tu poema hasta que aparezca uno que no comparta con él ni una sola palabra y que sin embargo esté totalmente determinado por él.
4. Empezar tú a criticar mi nuevo poema y a corregirlo progresivamente. Fascinante sería que el resultado fuese tu Rellano original, pero ahora motivado por razones y caminos antes insospechados.
5. Una vez cerrado el círculo de este universo particular, ponerlo todo en un libro, publicarlo, hacernos millonarios y buscar las coordenadas que mejor sienten a nuestro espíritu.


(e) Respuesta a Carta II (21/11/2005)

Últimas reflexiones:

Sobre tu punto 4 de posibles tareas: “Fascinante sería que el resultado fuese tu Rellano original, pero ahora motivado por razones y caminos antes insospechados” no es ni más ni menos que el argumento del cuento de Borges Pierre Menard, autor del quijote

La clave para entender por qué el rellano original es poéticamente (que no científicamente) el mejor la da tu propio comentario: “¡¡¡No deja de ser impresionante la fuerza poética del verso 7 que me ha obligado ya a construirle cuatro poemas!!!”. De algún modo todos los rellanos, igual que en las casas, descansan sobre el primero, están implícitos en él, y ese verso 7 tiene la fuerza motriz para generar todos los razonamientos ulteriores. Si modificáramos el verso 7 toda está riqueza se perdería “como lágrimas en la lluvia” (cito Blade Runner).

PD.
Estoy pensando (con tu consentimiento) publicar toda la serie de poemas junto con los comentarios en mi sección del “libro de notas”, por supuesto citándote como coautor. Podría llamarse “Historia de un poema-escalera”

(f) Carta III (22/11/2005)

A riesgo de entrar en contradicción por reflexionar tras las últimas reflexiones:

Lo que sugiere Menard es un juego de niños cuando se compara con la envergadura de la tarea por mí propuesta (sin que esto desmerezca en modo alguno la empresa de Menard, que era colosal, o la intuición de Borges, afiladísima como un diente de lobo estepario). Recuérdese la idea motriz del autor del análisis de las costumbres sintácticas de Moulet: “No quería componer otro Quijote —lo cual es fácil— sino el Quijote. Inútil agregar que no encaró nunca una transcripción mecánica del original; no se proponía copiarlo. Su admirable ambición era producir unas páginas que coincidieran ­palabra por palabra y línea por línea­ con las de Miguel de Cervantes”. La cuestión fundamental es que él se PROPONÍA escribir un nuevo Quijote idéntico. Mi propósito es que tú vuelvas a escribir tu mismo poema SIN proponértelo, es decir, que como resultado obtuvieras (¿o quizá he de decir, obtuviéramos?) un nuevo poema idéntico al anterior, deudor éste de mecanismos internos (a ti) inquebrantables (pero que en algún modo asomarían a la luz en esta tarea) que intentan incorporar la información novedosa que yo pongo a tu disposición. Volvamos la cabeza para conceder una última mirada a Menard mientras seguimos avanzando en nuestro camino.

Ah, mi querido amigo, cuando vemos un hermoso cuadro en azules y rojos cuya armonía nos cautiva, ¿dónde esta la fuerza pictórica, en el azul o en el rojo?; cuando el silencio en una sinfonía permite sentir la expectación de los siguientes acordes invertidos, terroríficos, que están a punto de aparecer, y el conjunto nos cristaliza la emoción, ¿diríamos que más las notas que el silencio han obrado el milagro? Y por fin, ¿habríamos de elogiar los errores que aparecen en las teorías del mundo so pretexto de que en ellos descansa la fuerza motriz que permitió generar las explicaciones verdaderas que hoy nos admiran y reconfortan?

Sí, sí, sí, el rellano original es un poema magnífico, vibrante, esplendoroso. Pero, tras recorrer toda la escalera, qué distinto se lee ahora…

L.E.

P.D. Lo de la publicación me parece fenomenal pero hay algo fundamental que debe ser cambiado. En Rellano III, en el verso 4 aparece la frase “un nudo gordiano”. Como sabes, luego he descubierto que esa frase no va ahí, sino en Rellano VI y, por tanto, debe ser fulminanemente eliminada de Rellano III.
Por otro lado, llamarme coautor es un poco exagerado, quizá sería mejor considerarme interlocutor, o algo así.

Epílogo

Bien, aquí acabó la correspondencia –y con ello esta serie de tres entregas– mas no el asunto. Quizá los lectores tengáis algo que añadir…

A modo de conclusión, me pregunto si tal vez la diferencia entre Ciencia y Literatura es que la última no termina de cristalizar en una propuesta definitiva, sino que pretende definirla a base de rodearla; por eso probablemente es capaz de definir cosas para las que la Ciencia no se encuentra preparada…

Un poema entonces NO es un iceberg, sino la capa de agua que lo rodea dejando algo en medio (el incognoscible iceberg) que de este modo llega a aprehenderse de un modo no del todo explícito.

Y eso es mejor que no tener nada.

Publicado originariamente en Computación creativa y otros sueños (Libro de Notas) en tres entregas: el 25/3/2006, el 25/4/2006 y el 25/5/2006